Abraham demostró la fe a través de la obediencia y su hijo fue salvado. Dios proveyó un cordero para que la promesa (Isaac) no fuera sacrificado. Inmediatamente Abraham nombró ese lugar: El Señor Proveerá. Dios hizo un camino donde no lo había. El proveyó el sacrificio donde no lo había.
Nosotros no tenemos justicia propia, pero Dios nos ofrece su justicia a través del sacrificio de Jesús. El proveyó un cordero para Abraham a través de la fe. Esa misma fe es la clave para recibir su perdón, su honradez, su vida y su bendición.
Dios nos amó tanto que dio a su hijo unigénito. Juan 3:16
“Jesús, recibo tu perdón y tu vida, las cuales se proveyeron para mí, a través del sacrificio de tu vida en la cruz. Gracias.”
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