sábado, 11 de diciembre de 2010

El Cordero de Dios


Es, en el Siervo Sufriente, que hayamos la expresión más extrema del amor de Dios. Este Siervo, es el Cordero de Dios que fue matado para limpiar el pecado de este mundo. El Padre Dios no manipuló a Jesús para que se sometiera a su plan, tampoco fueron los soldados los que lo arrastraron a su muerte. Él decidió morir. Fue de su propia voluntad que él fue al juicio y a la cruz y todo esto lo hizo calladamente, como un cordero ante sus trasquiladores.

En vez de aplastar a los magullados o desanimar a los deprimidos, él tomó sus heridas y transgresiones sobre sí mismo. Él sufrió el castigo por sus pecados y las heridas para que ellos fueran sanos. Jesús: el cordero de sacrifico que fue totalmente suficiente.

“Cordero de Dios, perdóname, sáname y anímame. Tu eres el único sacrifico adecuado. Gracias por perdonarme y limpiarme de mis pecados.”

miércoles, 8 de diciembre de 2010

Una Luz para las Naciones


Jesús es la luz para las naciones y la luz para los gentiles. El plan de Dios es redimir a la humanidad y bendecir al mundo, no a unos pocos elegidos de una sola nación o élite religiosa. Pablo nos recuerda que el deseo de Dios es que todos sean salvos y conozcan la verdad.

Jesús es la luz. Él es el camino, la verdad y la vida; revelado al mundo para que todos los que creen en él puedan ser hijos de Dios. La luz nos guía hacia el camino correcto; nos apoya a ver la belleza y la verdad. ¡Permite que la luz de Jesús brille sobre y a través de ti!

“Luz del Mundo, brilla sobre mí; revela tu esplendor. Ayúdame a reflejar tu gloria e iluminar a los que tengo a mi alrededor.”

El Rey Siervo



El título “servidor público” es común, pero el concepto de ser líder y siervo a la vez, no lo es. El siervo de Isaías, es ungido por el Espíritu y trae justicia, pero su justicia no golpeará, ni herirá, ni quebrantará a nadie. El Rey Siervo, igual que el Buen Pastor, protegerá a los débiles y a los que dependen de él y tomándolos en Sus brazos los llevará y los protegerá.

Jesús vino para servir. Él se hizo hombre y murió una muerte injusta. Él dio su vida, para que nosotros pudiéramos vivir. En vez de buscar un reino político con riquezas y poder, él se humilló y se volvió siervo. Su reino se estableció a través del servicio.

“Rey Jesús, úngeme con el espíritu de servicio. Ayúdame a no promoverme a mí mismo, sino a amar, cuidar y bendecir a otros.”

El Rey Pastor


 El pastor dedicado lleva a los corderos y guía a sus ovejas tiernamente. Él alimenta y protege a su rebaño. Él corre la maldad de los campos, para que las ovejas puedan dormir en paz.

El Señor es mi pastor; no me hace falta nada. Él provee campos de pasto verde y fresco. Él halla aguas de reposo. Él provee un ambiente tranquilo donde las ovejas puedan descansar. Cuando el rebaño es atacado, el Buen Pastor protege a las ovejas del peligro. Él da su vida por sus ovejas. Jesús es el Buen Pastor. 

“Buen Pastor, me pongo bajo tu cuidado. Guíame, aliméntame y protégeme. Tú eres mi Pastor. Quiero escuchar, conocer y obedecer tu voz.”

martes, 7 de diciembre de 2010

El Cinturón de Justicia y Fidelidad


El Juez Ungido trae buenas noticias a los quebrantados, heridos y cautivos. Su fundación consiste de justicia y fe. El sana nuestras heridas y da fuerza a nuestros corazones quebrantados; nos libera de los hábitos que nos esclavizan y los pensamientos que nos encarcelan. El provee para nosotros Su justicia, victoria y vida.

Aunque somos infieles a Él, El permanece fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad. Cristo provee nuestro perdón, sanidad y libertad. El es fiel y verdadero y su misericordia es nueva cada mañana.

“Señor Ungido, perdona mi infidelidad. Úngeme para anunciar Tu bondad. Ayúdame a ministrar al pobre y al herido, al quebrantado y al cautivo, y a ser un ejemplo de tu justicia y fidelidad.”

lunes, 6 de diciembre de 2010

Príncipe de Paz


Isaías profetizó de Cristo, el soberano gobernante y de su nacimiento como hijo. Su nombre es Consejero Admirable, Dios Fuerte, Padre Eterno y Príncipe de Paz.

Si vivimos bajo su dirección como consejero y estratega extraordinario, tomaremos las decisiones correctas. Sometiéndonos a la soberanía del Dios Poderoso y Guerrero, experimentaremos Su victoria. Al aceptar el perdón del Padre eterno, nos sentiremos amados y aceptados por él. Al permitir que el Príncipe de Paz reine en nuestras vidas, conoceremos la paz y nuestra relación con él y con otros, serán restauradas.

“Príncipe de Paz, establece tu reino en mi corazón, reina en mi vida, dame consejo para tomar mis decisiones y derrama tu amor a través de mí.”