jueves, 25 de octubre de 2007

Decido Perdonar

El Espíritu de Dios vino para dar buenas noticias, aliviar a los afligidos, anunciar libertad a los presos, consolar a los tristes; dar alegría en vez de llanto, canto en vez de desesperación; para darnos victoria en el Señor y mostrar su gloria.

Perdonar es el primer paso a la sanidad de nuestras memorias para quitar aflicción, tristeza, rechazo y carga. Perdonemos orando así...

Señor, confieso que no he amado correctamente, sino tengo resentimiento hacia algunas personas y me hace falta el perdón en mi corazón. ... Me arrepiento y te pido que me perdones por no haber perdonado como tu me perdonaste. Me acerco a ti Señor, ayúdame perdonar completamente a los quienes me han ofendido. Amen

martes, 23 de octubre de 2007

El Perdonar Sana

Agnes Sanford dijo, "Mientras practicamos el perdón descubrimos mas y más que el perdón y la sanidad son uno." Pero, ¿Cómo funciona el perdón para obtener la sanidad de las heridas y memorias que tenemos?

El perdón verdadero acelera el proceso del olvido. Los recuerdos frescos son... como película en colores, somos protagonistas. A medida que perdonamos, la película se torna en blanco y negro, nos convertimos en observadores... Llego hay un momento, en que... dejamos de participar en ella y no dolor. El tiempo necesario para la sanidad es muy personal... es un proceso.

Dolor es inevitable para todos, pero la miseria es opcional. Perdonemos a los demás para sanarnos a nosotros mismos.

El Perdonar

Perdonar es no guardar rencor por una ofensa recibida. Hay que decidir perdonar... no es una emoción, es una decisión de voluntad.

La carga mas pesada que algún hombre lleva en su espalda es un bulto de rencor. Hana More dijo, "es mas barato perdonar que resentir. Perdonar nos ahorra el gasto del enojo y el costo del odio." Después, cambian nuestros sentimientos y emociones.

Claro, perdonar en ninguna manera cambia el pasado—pero ciertamente cambia el futuro. Por la acción de perdonar a otros recibimos sanidad, libertad, paz y el perdón de Dios. Ya no somos víctimas, estamos libres en Cristo, ¡y que gran libertad hay en el perdón. Perdone a sus ofensores. Reciba su libertad.