domingo, 28 de noviembre de 2010

La Creación del Hombre



El aspecto más maravilloso de la creación del hombre es que Dios no trajo a Adán a la existencia con el hablar. Dios se agachó y con sus propias manos formó el cuerpo del hombre de la tierra. Él se involucró personalmente.

Enseguida Dios invirtió una parte de él mismo al dar el aliento de SU vida al hombre. De esta manera, Dios creó al hombre a su imagen y con su espíritu. El resto de la creación muestra la gloria de Dios y el Espíritu de Dios está en todos lados; aún así, el hombre se distingue del resto de los animales. El hombre es espíritu y el Espíritu de Dios mora en el hombre.

"Jesús, respira tu aliento en mí de la misma manera que el Padre lo hizo con Adán y que tú lo hiciste con tus discípulos. Espíritu de Dios, dame tu vida viviente hoy.


Mañana: La Caida del Hombre

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