Isaías profetizó de Cristo, el soberano gobernante y de su nacimiento como hijo. Su nombre es Consejero Admirable, Dios Fuerte, Padre Eterno y Príncipe de Paz.
Si vivimos bajo su dirección como consejero y estratega extraordinario, tomaremos las decisiones correctas. Sometiéndonos a la soberanía del Dios Poderoso y Guerrero, experimentaremos Su victoria. Al aceptar el perdón del Padre eterno, nos sentiremos amados y aceptados por él. Al permitir que el Príncipe de Paz reine en nuestras vidas, conoceremos la paz y nuestra relación con él y con otros, serán restauradas.
“Príncipe de Paz, establece tu reino en mi corazón, reina en mi vida, dame consejo para tomar mis decisiones y derrama tu amor a través de mí.”
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