sábado, 18 de diciembre de 2010

Los Anuncios



Las vidas de José y María tenían un propósito especial, ellos serían los padres terrenales de Jesús, Dios encarnado. Ellos sufrieron injusticias y malos entendidos. Se enfrentaron a peligros y a situaciones imposibles. Aún en lo peor, ellos a través de sus acciones y palabras respondieron: “Soy siervo del Señor. Haré tu voluntad.”

Aunque nunca viviremos las mismas circunstancias que José y María vivieron, el destino que Dios tiene para nuestras vidas sigue siendo importante. Cada uno tiene un propósito especial dado por Dios. Cada uno tiene su propio círculo de influencia. Aún cuando exista el riesgo de que hayan malos entendidos y acusaciones falsas, aún cuando está la posibilidad de que suframos injusticias, digamos: “Yo soy siervo del Señor. Haré tu voluntad.”

“Espíritu de Dios, háblame. Soy tu siervo. Haz tu voluntad en mi vida.”

No hay comentarios.: