La sal purifica y preserva. Nosotros en nuestro mundo debemos purificarlo de lo malo y preservarlo de lo que puede hacerle daño. Lo hacemos siendo honestos en toda actividad en que participamos. Pagamos nuestros impuestos, no copiamos a nuestro compañero de clase y tratamos bien a quienes nos tratan mal.
La sal también se refiere a pacto; entonces sugiere la lealtad mutua que conduce a la paz. Marcos dice, seamos buenos como la sal: hagamos el bien y vivamos en paz con todos. Nuestras buenas acciones y manera de vivir purificarán a otros de sus malas actitudes y preservarán la paz. Hagamos la decisión de ser sal y buscar la paz con otros. Cambiemos a nuestro mundo.
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