miércoles, 12 de septiembre de 2007

Impactando la sociedad

Somos la sal de este mundo... Si la sal pierde su sabor, ya no puede recuperarlo. Ya no sirve para nada. Por eso, seamos buenos como la sal: hagamos el bien y vivamos en paz con todos.

Somos la luz de este mundo. Una ciudad en lo alto de un cerro no puede esconderse. Ni se enciende una lámpara para ponerla bajo un cajón; antes bien, se la pone en alto para que alumbre toda la casa., Del mismo modo, procuremos que nuestra luz brille delante de la gente, para que, viendo el bien que hacemos, todos alaben a nuestro Padre Celestial.

Dios nos bendijo y nos dijo, llenen el mundo y gobiérnenlo. Hay que influir al mundo en que vivimos.

No hay comentarios.: