Se que la idea no es original, pero tocó una necesidad por allí en el cyber-espacio. Aquí están otros pensamientos acerca de la meditación; que vienen de otros lados también...pero con la
excepción de los versículos bíblicos, no sé a quien darle el crédito.
- estén quietos y sepan que soy Dios, Salmo 4:4; 46:10
- Dios habló en el susurro de una brisa apacible, 1 Reyes 19:12
- Renovamos nuestras mentes con la palabra de Dios, Romanos 12:2
- meditar [rumiar como la vaca] en la palabra de Dios de noche y de día, Joshua 1:8; Salmo 1:2
Yo medito. Me siento quietamente, solo; y estoy callado delante de Él. Como María se sentaba a los pies de Jesús, me siento y espero. Escucho a Jesús mientras me habla. Mi objetivo no es vaciarme, sino aquietarme y llenarme con los pensamientos de Dios. Tal vez leo uno o dos versículos y me quedo allí, pensando en ellos. Quizá estoy escuchando música y pensando en Dios. O, tal vez no estoy haciendo nada...menos sentarme allí y disfrutar de la presencia de Dios. Lo bello es que, mientras que me callo, estoy quieto, y me lleno de los pensamientos que vienen de Su Palabra, Él me llena de más de Su Espíritu. Cuando le permito llenarme, y obedezco Su voz, lo no deseable sale de mi; porque los pensamientos de Dios lo esta reemplazando. Encuentro que mientras mas lleno que estoy de Dios y de Sus pensamientos, menos lleno estoy de mí y de mis propios pensamientos.
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