Formamos una bella pintura; cada persona es una pieza del rompecabezas y es necesaria para formar la obra completa.
Deberíamos vivir unidos, para provecho de los demás.
Trabajemos según las diversas habilidades y personalidades que tenemos, en el área que Dios nos puso, conforme a la destreza que Él nos ha dado. Como en el cuerpo los miembros se preocupan los unos por los otros, nosotros deberíamos vivir de igual manera, apoyando a nuestras familias y comunidades.
Siendo diferentes, brindamos algo especial a los demás. Sirvamos entonces el uno al otro con humildad y paciencia. Vivamos en armonía. Guardemos la paz y el amor. Recordemos que somos distintos miembros de un solo cuerpo.
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