Santiago dijo, "uno es tentado por sus propios malos deseos, que lo seducen y lo cautivan. De los malos deseos nace el pecado; y... cuando se desarrolla, nace la muerte."
Note el proceso, nuestros malos apetitos provocan pensamientos que nos hacen actuar y satisfacer el deseo. Como la carnada en el anzuelo atrae al pez, uno está seducido a cumplir el mal cuando medita en hacerlo.
"En lo que pensamos hoy... esto es lo que somos o pronto seremos," dijo Tozer. Por eso debemos guardar nuestros pensamientos, y pensar solo en lo bueno y agradable a Dios. Así nos protegemos de hacer el mal y vencemos los malos deseos y el pecado.
Guardemos nuestros pensamientos y corazones. Vivamos vidas victoriosas.
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