El pensamiento no solo nos lleva a hacer mal; también revela quienes somos.
El salmista dijo, "Examíname, Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis pensamientos." Estaba dispuesto a que Dios revelara las inclinaciones de su alma. "Si hay mal en mi, enséñamelo, Señor."
Al examinar nuestros pensamientos, conocemos como somos. Si uno es malo, como señaló Jesús, " del corazón salen los malos pensamientos: muertes, adulterios, mentiras, robos y más." Si uno es honrado, El sabio dijo, "El deseo de los justos solamente es bueno."
¡Que importantes son los pensamientos! Sometámoslos todos a Cristo, para obedecerle a él.
Vivamos en paz y en victoria. Vivamos con buenos pensamientos.
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