Viajar como una familia de ocho en un microbús de 12 pasajeros con todas sus "cosas" es una gran revelación. Los padres son consejeros y arbitros, los hermanos mayores son ayudantes y compañeros de juego y los menores son en un momento un gozo y en otro un reto. Si, vivir en un espacio tan limitado revelará su verdadero carácter y debilidades. Es cierto! Tenemos solamente unos días viajando y casi dos meses nos queda. Las bendiciones y pruebas apenas han empezado.
El viaje de la vida nos presenta algunos de los mismos retos mientras enfrentamos cambio y incertidumbre, especialmente cuando nos toca ministrar a nuestra familia la iglesia. Como lideres servimos como consejeros y pacificadores. Como "hermanos" mayores ayudamos a otros pasar por crisis y caminamos con ellos en los senderos de la vida. Los menores en Cristo son un gozo mirar y a veces nos retan mientras les entrenemos.
La clave a estos retos es "El Señor es mi refugio y mi fuerza, en Él confío." Intimidad diaria con nuestro Padre celestial y mantenernos en su presencia nos ayudarán pasar por las pruebas y dificultades de la vida.
Que los que conocen al Señor confíen en él, porque Dios nunca abandona a los que buscan su ayuda. Salmo 9:10
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